Pasión por la música, el recorrido de una vida
Para inaugurar este canal en Youtube, publicaré una serie de «playlist» llamadas «Pasión por la música» que mediante selecciones de vídeos tiene la ambición de ilustrar el recorrido que fue el nuestro para progresar en el conocimiento de esta pasión de toda nuestra vida: la música. Discúlpenme si no respeto siempre la cronología, mis recuerdos a veces se le confunden. Mi madre contaba a todo el mundo, que cuando era niño, me gustaba una famosa canción napolitana: «Funiculi Funicula«, que todavía me encanta y quizás preanunciaba mi atracción por Italia. La primera canción que me compré un disco de 45 cuando tenia 14 años fue «Diana» de Paúl Anka, Un joven «crooner» que fue durante una temporada el ídolo de los jóvenes, un concepto nuevo que, como hoy sabemos, iría propagándose en los años sucesivos hasta ahora. Mientras Paúl Anka tenía su éxito, el «Rock and Roll» con Elvis Presley empezaba a Invadir el mundo entero. También yo, estaba encantado por esta irrupción del ritmo en la música. He puesto en mi lista «Jailhouse Rock«, pero escuchaba con pasión muchas otras canciones y a otros cantante de rock. Me acuerdo de uno en particular Eddie Cochran en «Weekend«. Me impresionó mucho su muerte junto a otro rocker famoso Gene Vincent en un accidente de avión. Pero el fenómeno más importante que me parece que ha sido el inicio de una nueva era, una liberación del modo de vivir del siglo XIX con la predominancia de los burgueses católicos fue el imparable tsunami de los Beatles. Escuchemos el primero que compré: «Can’t buy me love«. Increíblemente fue en esta época que cuando tuve mi primer contacto con la música clásica que nadie escuchaba en nuestra casa. Fue mi hermano que muy curioso de todo compró algunos discos de33 de este tipo. Me entusiasmé por el concierto para violín de Tchaikovsky en la interpretación de David Oistrach, fue un flechazo, y, como por casualidad su hermano Igor daba un concierto en el conservatorio de Liejas, fui a verlo. Fue un choque, descubrí la orquesta sinfónica, un solista excepcional, el concierto de Paganini que requiere una virtuosidad excepcional, tuvieron un enorme éxito, la gente, de pié,gritaba bravo. Después de esta experiencia, me lancé a descubrir este nuevo mundo, con una enorme hambre que tengo todavía y que iba a cambiarme la vida. Por suerte, en Liejas, había una discoteca donde se podía alquilar los discos y grabarlos en una cinta magnética. Principalmente me gustaba Beethoven, y la música romántica, he puesto un ejemplo, una sonata para piano interpretada por Wilhelm Kempf, «Claro de luna«. Cuando conocí a Marie Louise me dijo que ella, como todas las chicas había estado loca por Luis Mariano, un cantante español muy guapo que cantaba en películas en forma de comedia musical, «La Bella de Cadiz» por ejemplo. Pero cuando le revelé mi nueva pasión por la música clásica, me hizo conocer el «adagio de Albinoni«, una música romántica y encantadora que interpreta aquí Herbert von Karajan que estaba de moda en ese periodo. Este común interés nos ayudó mucho y todavía hoy es el centro de nuestras actividades como jubilados. Aunque nos ha gustado siempre la buena música de todos los géneros. Jóvenes, escuchábamos juntos a «Jacques Brel», «Les Bourgeois« por ejemplo y bailábamos con mucho gusto «C’mon Everybody» de Joey Dee, un rock que él tocaba a un ritmo endiablado. Nos gustaban mucho los extraordinarios poetas y cantantes que eran Leo Ferré e Georges Brassens, escuchamos dos de sus más famosas canciones, «Avec le temps» del primero y «La mauvaise réputation» del segundo. En estos años, los jóvenes seguían también con una pasión inesperado por un nuevo coreógrafo, Maurice Béjart, que estaba cambiando completamente las reglas de la danza, ya no hay bailarines que hagan piruetas sobre las puntas. Cuando vimos «Le sacre du printemps» de Stravinsky donde la música y el baile expresan la atracción entre los varones y las hembras con una fuerza extraordinaria hasta el coito final, estuvimos muy emocionados. Un otro ballet tenia tanta fuerza que fue el éxito de la película de Claude Lelouch «Les uns et les autres», se trata del «Bolero de Ravel» con el famoso bailarín argentino Jorge Donn. Hablando de películas que llevan a conocer la música querría terminar esta primera parte de Pasión por la música, con la Película «Elvira Madigan» de Bo Widerberg, que nos hizo amar a Mozart y su «Concierto para piano no 21«. ¡Que la disfrutéis!
Per inaugurare questo canale in Youtube, pubblicherò una seria di «playlist» chiamate «Passione per la musica» che mediante selezioni di vídeo ha l’ambizione d’illustrare il percorso che fu il nostro para progredire nella conoscenza di questa passione di tutta nostra vita: la musica. Perdonatemi se non rispetto sempre la cronologia, miei ricordi a volte si confondono. Mi madre raccontava a tutto il mondo, che quando ero bambino, mi piaceva una famosa canzone napoletana: «Funiculi Funicula«, che tuttora m’incanta e magari preannunciava la mia attrazione per l’Italia. La prima canzone che me comprai, un 45 giri, quando avevo 14 anni fu «Diana» di Paúl Anka, Un giovane «crooner» che fu durante una stagione l’idolo dei giovani, un concetto nuovo che, come oggi sappiamo, andrebbe propagandosi negli anni successivi fino ad ora. Mentre Paúl Anka aveva suo successo, il «Rock and Roll» con Elvis Presley cominciava ad Invadere il mondo intero. Anch’io, ero incantato per questa irrupzióne del ritmo nella musica. Ho messo nella mia lista «Jailhouse Rock«, pero ascoltavo con passione molte altre canzoni ed altri cantanti di rock. Mi ricordo di uno in particolare Eddie Cochran en «Weekend«. Mi impressionò molto sua morte assieme ad un altro rocker famoso Gene Vincent in un incidente di aereo. Pero il fenomeno più importante che mi sembrava che ha stato l’inizio di una nuova era, una liberazione del modo di vivere del novecento con la predominanza dei borghesi cattolici fu il imparabile tsunami dei Beatles. Ascoltiamo il primo che comprai :»Can’t buy me love«. Incredibilmente fu a quest’epoca che ebbi mio primo contatto con la musica classica che nessuno ascoltava nella nostra casa. Fu mi fratello che curiosissimo di tutto comprò alcuni 33 giri di questo tipo. Mi entusiasmai per il concerto per violino di Tchaikovsky nella interpretazione di David Oistrach, fu un colpo di fulmine, e, come per caso su fratello Igor dava un concerto nel conservatorio di Liegi, fui a vederlo. Fu un choc, scopri l’orchestra sinfonica, un solista eccezionale, il concerto di Paganini che richiede una virtuosità eccezionale, ebbero un enorme successo, la gente, in piedi ,gridava bravo. Dopo questa esperienza, mi buttai alla scoperta di questo nuovo mondo, con un enorme appetito che tengo tuttora e che andava a cambiarmi la vita. Per fortuna, a Liegi, c’era una discoteca dove si poteva affittare i dischi e registrargli sobrie un nastro magnetico. Principalmente mi piaceva Beethoven, e la musica romantica, ho scelto un esempio, una sonata per piano interpretata per Wilhelm Kempf, «Chiaro di luna«. Quando conosci Marie Louise me dice che lei, come tutte le ragazze era pazza per Luis Mariano, un cantante spagnolo bellissimo che cantava in dei film in forma di commedie musicale, «La Bella de Cadiz» per esempio. Pero quando le rivelai mia nuova passione per la musica classica, mi fece conoscere l'»adagio di Albinoni«, una música romántica y encantadora que interpreta aquí Herbert von Karajan que estaba de moda en ese periodo. , una musica romantica ed incantevole che interpreta qui Herbert von Karajan che era di moda in questo periodo. Questo comune intesso ci aiutò molto e tuttora oggi è il centro di nostre attività come pensionati, anche si ci ha piaciuto sempre la buona musica di tutti i generi. Giovani, ascoltavamo insieme «Jacques Brel», «Les Bourgeois« per esempio e ballavamo con gran piacere «C’mon Everybody» di Joey Dee, un rock che suonava ad un ritmo indiavolato.
Ci piacevano molto i straordinari poeti e cantanti che erano Leo Ferré e Georges Brassens, ascoltiamo due delle loro più famose canzoni, «Avec le temps» del primo y «La mauvaise réputation» del secondo.
In questi anni, i giovani seguivano anche con una passione inattesa per un nuovo coreografo, Maurice Béjart, che era cambiando completamente le regole della danza, non c’erano più le ballerine che facevano delle piroetti sulle punte. Quando vedemmo «Le sacre du printemps» di Stravinsky dove la musica ed il ballo esprimono l’attrazione tra i maschi e le femmine con una forza straordinaria fino al amplesso finale, eravamo emozionantissimo..
Un altro balletto aveva tanta forza che fece il successo del film di Claude Lelouch «Les uns et les autres», si trata de Bolero di Ravel» con il famoso ballerino argentino Jorge Donn.
Parlando di film che portano a conoscer la musica vorrei terminare questa prima parte di Passione per la musica, con il film «Elvira Madigan» di Bo Widerberg, che ci fece amare Mozart e suo «Concierto per pianoforte no 21«. Godetevelo!
Pour inaugurer ce canal sur Youtube, je publierai une série de «playlist» appelée «Passion pour la musique» qui au moyen d’un choix de vidéos à pour ambition d’illustrer le parcours qui fut le nôtre pour progresser dans la connaissance de cette passion de toute notre vie: la musique. Pardonnez-moisi si je ne respecte pas toujours la chronologie, mes souvenirs quelques fois se confondent.
Ma mère racontait a tout le monde, que, quand j’étais enfant, me plaisait une célèbre chanson napolitaine: «Funiculi Funicula«, que encore maintenant m’enchante et peut-être préfigurait mon attirance pour l’Italie.
La première chanson que je m’achetai un 45 tours quand j’avais 14 ans fut «Diana» de Paúl Anka, Un jeune «crooner» qui fut durant une saison l’idole des jeunes, un concept neuf qui, comme aujourd’hui nous le savons, se propagerait durant les années successives jusqu’aujourd’hui.
Alors que Paúl Anka avait son succès, le «Rock and Roll» avec Elvis Presley commençait a envahir le monde entier. Moi aussi, j’étais fascinés par cette irruption du rythme dans la musique. J’ai mis dans ma liste «Jailhouse Rock«, mais j’écoutais passionnément beaucoup d’autres chansons et d’autres chanteurs de rock. Je me souviens d’une en particulier Eddie Cochran dans “Weekend”. Sa mort ensemble à un autre rocker célèbre Gene Vincent dans un accident d’avion M’impressionna beaucoup.
Mais le phénomène plus important qui me semblélaboriez été le début d’une nouvelle ère, une libération du mode de vivre du XIXème siècle avec la prééminence des bourgeois catholiques fut l’imparable tsunami des Beatles. Écoutons le premier que j’achetai: «Can’t buy me love«.
Incroyablement ce fut à cette époque que j’eus mon premier contact avec la musique classique que personne écoutait chez nous. Ce fut mon frère qui fort curieux de toutes choses acheta quelques 33 tours de ce type. Je m’enthousiasmai pour le concerto pour violon de Tchaikovsky dans l’interpretation de David Oistrach, ce fut le coup de foudre, et, comme par hasard son frère Igor donnait un concert au conservatoire de Liège, j’allai le voir. Ce fut un choc, je découvris l’orchestre symphonique, un soliste exceptionnel, le concerto de Paganini qui requiert une virtuosité exceptionnelle, ils eurent un énorme succès, les gens, debout, criaient bravo.
À la suite de cette expérience, je me lançai à la découverte de ce nouveau monde, avec un énorme appétit que j’ai encore aujourd’hui et qui allait me changer la vie. Par chance, à Liège, il y avait une discothèque où l’on pouvait louer les disques et les enregistrer sur bande magnétique. Principalement me plaisait Beethoven, et la musique romantique, j’ai mis un exemple dans ma liste, une sonate pour piano interprétée par Wilhelm Kempf, «Clair de lune«.
Quand je connus Marie Louise elle me dit qu’elle, comme toutes les filles était folle pour Luis Mariano, un chanteur espagnol très beau qui chantait dans des films en forme de comédie musicale, «La Bella de Cadiz» par exemple. Cependant quand je lui révélai ma nouvel passion pour la musique classique, elle me fit connaître l'»adagio de Albinoni«, une musique romantique et fascinante qu’interprète ici Herbert von Karajan qui était à la mode en cette période.
Ce commun intérêt nous aida beaucoup et encore aujourd’hui elle est au centre de nos activités en tant que pensionnés, même si nous a toujours plu la bonne musique de tous les genres.
Jeunes, nous écoutions ensemble «Jacques Brel», «Les Bourgeois» par exemple et nous dansions avec beaucoup de plaisir «C’mon Everybody» de Joey Dee, un rock qu’il chantait à un rythme endiablé.
Nous plaisaient également beaucoup les extraordinaires poètes et chanteurs qu’étaient Leo Ferré et Georges Brassens, nous écouterons deux de leurs plus fameuses chansons, «Avec le temps» pour le premier et «La mauvaise réputation» pour le second.
À cette époque, les jeunes suivaient aussi avec une passion inattendue un nouveau chorégraphe, Maurice Béjart, qui était e train de changer complètement les règles de la danse, il n’y avait plus de ballerines qui faisaient des pirouettes sur les pointes. Quand nous vîmes «Le sacre du printemps» de Stravinsky où la musique et la danse exprime l’attirance entre les mâles et les femelles avec une force extraordinaire jusqu’au coït final, nous fumes très émus..
Un autre ballet avait tant de force qu’il fit le succès du film de Claude Lelouch «Les uns et les autres», il s’agit du «Bolero de Ravel» avec le célèbre danseur argentin Jorge Donn.
Parlant de films qui portent à connaître la musique je voudrais terminer cette première partie de Passion pour la musique, avec la film «Elvira Madigan» de Bo Widerberg, qui nous fît aimer Mozart et son «Concierto para piano no 21«. Bonne vision!